Libertad de Expresión

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sábado, 31 de mayo de 2008

El Estado del Terror


Viernes 11 de mayo de 2007 – Diario de Julio

Allí parados mi amiga Zuleima comienza a contar su historia, mientras poco a poco yo me voy quedando perplejo;

Su tío Bolivar es detenido durante la noche por hacer pintadas; (¡Abajo Fujimori!, Justicia Social, viva Perú libre), pertenece al comando de comunicación de “Sendero Luminoso”, le tiran al suelo, le apalean, y se lo llevan, no detenido, sino secuestrado.
El policía carga con una bala el revolver, da vueltas al tambor y se lo pone en la cabeza;
- Mira maricón; por cada pregunta que no respondas te voy a disparar ¿lo has entendido bien? Y no me llores eh –
No llora y no hay respuestas, aprieta el gatillo, se oye un “cick”, ha tenido suerte, así tres veces.
Dos compañeros suyos son asesinados delante de él con la ruleta rusa, sus cuerpos son abandonados en los vertederos de la periferia de Lima. Los más jóvenes, lloran, tiemblan, se mean y se cagan encima, los policías se burlan;
- Pero que maricones que sois, ¿Qué creéis que somos vuestras criadas que os vamos a limpiar? Eso lo vas a limpiar tú, te lo vas a comer–
El policía le quita los pantalones y los calzoncillos manchados por sus excrementos a uno de los chicos, se lo pone delante de él en la mesa;
- Come-
El chico llora.
- ¡¡¡que comas coño!!!-
El chico sigue llorando, el policía le coge del pelo y le empotra contra la mierda
– ¡come hijo de puta! esto es lo único que vas a comer en dos semanas –


Llevan a Bolivar a una sala, le desnudan, le atan a una cama de metal, y le echan agua por encima, le ponen cables en los testículos y le dan descargas eléctricas mientras con una almohada le tapan la cara para que no grite.
Le sacan de allí, le llevan a otra sala, le cuelgan por los pies, está consciente, la sangre le va bajando poco a poco a la cara, nota como se hincha, le cuesta respirar, van pasando las horas, la cabeza parece que le va a reventar, no sabe donde colocar los brazos, se va ahogando, las horas pasan, piensa que en cualquier momento le matarán, solo es cuestión de tiempo, las horas siguen pasando, llega un policía, corta la cuerda que tiene atada a los pies, cae contra el suelo y pierde el conocimiento.
Todo se repite durante cinco días, está incomunicado, nadie sabe sobre su paradero.
La policía entra en su casa, la registra, Zule tiene 14 años y vive allí con su tío Bolivar y su madre, está asustada, se abraza a la madre, la policía rompe todo lo que se encuentra, abren cajones, armarios, huelen las bragas de la niña, se ríen, y se van. Zule llora.

A las dos semanas va a ver a su tío al penal, no le reconoce, su cara está desformada, no puede casi hablar. Zule ve al hermano de su mejor amiga, está también detenido. Va corriendo a casa de su amiga, y se lo dice entusiasmada;
- ¡Tu hermano está vivo! ¡Le he visto! ¡Le he visto! ¡Está en el penal!
Muy seria sin mirar a la cara, sin dejar de hacer lo que estaba haciendo su amiga la responde;
- No puede ser, no es verdad, es mentira
- Si, le he visto
- Que no, que no
Zule se queda descolocada, no entiende. La agarra por el brazo;
- Mírame a los ojos, tu hermano está en el penal
- ¡Que no! ¡Basta!
- ¡¡Pero que te pasa!! ¡¡no te entiendo!!
- ¡Déjame!
- ¿Es que te avergüenzas de tu hermano?
Comienza a llorar, un llanto desgarrador;
- La gente dice que es un terrorista, todo el barrio nos mira mal, vinieron a casa, lo registraron todo, lo tiraron todo, nos metieron presas, a toda la familia, me violaron, me violaron muchas veces y a mi hermana pequeña también.
Zule se queda inmóvil, no puede moverse, no reacciona, a ella no la han violado y a su amiga si, -vivo con mi tío y mi familia no fue detenida- piensa, y en ese mismo instante comprende que ella no es igual a sus demás amigas, su padre que no vive en casa es un alto cargo del ejército y sus amigas son de familias humildes.
Bolivar es condenado a cadena perpetua por “traición a la patria”.

Tres años más tarde:

Bolivar juega con el hijo de Zule que tiene dos años.
- Zule… la cosa está muy brava aquí adentro
- ¿Qué está pasando?
- No puedo hablar, solo te digo que va a pasar algo, no se si esta semana o la que viene, quiero despedirme de ti
Zule llora, le abraza, sigue llorando

A los tres días hay una revuelta en el penal, los presos piden derechos. Entra la policía y dispara a quemarropa durante varios minutos, van asesinado uno tras otro, hasta un total de 148 presos políticos, entre ellos Bolivar.
La abuela de Zule ha vendido las pocas tierras que tenía, cabezas de ganado, sus cosechas… para pagar a fiscales y jueces que pedían dinero para sacar a Bolivar de la cárcel, para hacer “gestiones” la decían. Después de tres años, ya no hay tierras, ni ganado, nada, solo una casa que se va derrumbando poco a poco, como las vidas que han recorrido este trecho de agonía, como los gritos que se pierden en el silencio que dejan los muros de las cárceles.

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