
Estábamos en un parque de Tribunal de risas y bromeando, y en un momento dado Sergio y Javi, dos amigos que son gays, empezaron a besarse.Pues bien, a unos pocos metros de nosotros había una panda de tíos que en un principio me habían parecido punkis (iban con pantalones de camuflaje, medio rapados...) y que no paraban de mirar a mis amigos; además uno de ellos sujetaba una botella vacía de cristal y hacía amagos de tirársela. Al segundo amago, llamé a Sergio y Javi: "Sergio, Sergio... ¡venid, rápido! Disimulad, pero ésos de la derecha no paran de miraros, me dan miedo..." Los demás que estaban conmigo también se dieron cuenta, así que decidimos irnos de ahí. Sergio, unas amigas y yo nos adelantamos más rápido pero Javi y otros dos más se quedaron más atrás y cuando nos dimos la vuelta se les habían acercado dos o tres de la panda de los "punkis". Nosotros desde lejos veíamos que estaban hablando, aunque yo ya me temía lo peor. Cuando nos juntamos todos otra vez, Javi nos contó que uno de ellos le había dicho que era mejor que nos fuéramos porque sus amigos eran unos violentos, y que disculpáramos su comportamiento.No sé de qué ideología serían, pero nunca entenderé por qué hay gente con la mente tan cerrada e incapaz de dejar vivir tranquilamente a los demás.
Ser homosexual no es estar enfermo. Está más enfermo quien no acepta al homosexual.
Alba Fernández
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