
Hoy me siento rara, confundida, a veces me siento bien y vuelvo a caer porque me pongo a pensar quien me recogerá las notas de la escuela y mi certificado, y quien me abrazara porque he pasado el grado, y con quien pasare mi navidad. Me siento sola y muy triste, porque no esta mi madre (murió en agosto), quien siempre me felicitaba y me daba sus palabras de aliento cuando estaba triste y confundida. Me siento sola como una hoja que cae y se desintegrado poco a poco, asá me sucede...
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Anónimo (14 años - El Salvador)
La madre de esta chica seguiría con vida si El Salvador contase con un sistema público de salud y un acceso a los medicamentos, pero la realidad de este país es que solo los ricos o adinerados pueden tratarse las enfermedades en sus clínicas privadas, violando así los derechos humanos más básicos como el derecho a la salud. Salud que se convierte en mercancía para empresarios y mercenarios que sacan hasta el último dólar a enfermos y convalecientes, da igual que sean pobres, mujeres embarazadas, padres y madres de familia, niños, niñas... o bebés; Si pagas te atendemos, si no tienes dinero... pide un crédito al banco, y si no te lo dan... el sistema es así, elimina lo que ya no le es productivo, como hacían los nazis, pero de forma mucho más sutil y silenciosa.
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Julio
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